Bueno. Muy buenos días a todos los que estáis aquí presentes y buenos días también a quienes nos seguís en streaming. Es un honor para mí como profesora de esta universidad, como mujer, como madre, como paciente de salud mental, presentar una vez más a Inés, a Inés López y por María Inés López Ibor. Bueno, tiene un currículum muy extenso. Creo que si lo leo entero me voy a comer parte de los 40 minutos, así que voy a hacer un poco una selección. Inés es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid. Doctora también por la misma Universidad y premio extraordinario por la mejor tesis doctoral. Es catedrática de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Complutense y vicepresidenta segunda del Patronato de la Fundación Ortega Marañón. Presidenta del Patronato de la Fundación Juan José López Ibor y académica de varias Reales Academias de la Nacional de Medicina y de Doctores de España. Y voy a quedarme aquí por. Para poder dar este paso y miembro de Honor de la Asociación Mundial de Psiquiatría, entre muchas otras cosas. Muchísimas gracias, Inés, y cuando quieras. Muchas gracias, Estefanía y muchas gracias a los que estáis aquí. Me vais a o vais a volver a escucharme hoy hablando de un tema que para mí ha sido, pues, casi objeto de mis investigaciones durante casi diez años, me he dedicado a estudiar lo que es uno de los sentimientos más importantes que es la tristeza, y ver dónde está el límite entre la tristeza y la depresión. Y es un poco de lo que voy a hablar hoy. ¿Ayer alguien me preguntaba tanto de la alegría, pero cómo manejamos la tristeza? La tristeza hay que entenderla como. Como un sentimiento que sufre cuando alguien pierde algo. Esta fotografía no es mía, pero la pongo muchas veces. ¿Es de un profesor que se llama Shlomo no? Y el LS trabaja en Tel Aviv y él en una presentación se dedica sobre todo a psico geriatría. Puso esta diapositiva de lo que piensan mucha gente que somos los psiquiatras, que damos una pastilla para una cosa, para otra, para otra y para otra, y que dedicamos simplemente a medicar y a dar pastillas. Y por eso, por eso la traigo. Pero es importante el texto que hay al lado es de uno de los psiquiatras más conocidos que hay en Estados Unidos, Alan Frances, al que se ha dedicado sobre todo a hacer las clasificaciones que nos permiten diagnosticar las enfermedades mentales para que podamos tener la misma clasificación aquí o los mismos criterios diagnósticos en Europa, como en Estados Unidos, como latino América o en cualquier país del mundo. Y él, muy crítico con la última clasificación, decía que estábamos medicalizado el sufrimiento y que no teníamos claro en el 2013 dónde estaba el límite, porque había se había incluido como uno de los diagnósticos. El duelo, no el duelo patológico, pero sí el duelo. Y cuando alguien pierde algo, pues se siente triste o se siente angustiado. Y eso pensábamos que era normal y se había convertido en un diagnóstico y se planteaba que si era verdad que nos íbamos a beneficiar o no del tratamiento. La tristeza existe, pero hay veces que la tristeza se convierte en patológico, porque esto ya lo decía Tomás, que es lo 14. ¿Existe alguien que disfrute de las cosas tanto como desea? Nadie. No hay nadie que no tenga ansiedad o problemas. Yo no conozco a ningún paciente que quiera estar angustiado, que quiera estar triste, que quiera dejar de hacer las cosas o no experimentar placer con las cosas que hacen. Y esos son los que se deprimen. Darwin que al pobre pues le diagnosticaron de todo, de neurótico. Ahora hay algunos que piensan que tenía fatiga crónica, que tenía de todo. Realmente yo no creo que tuviese nada, pero decía que si la tristeza ha sobrevivido tanto tiempo, quizá tenga un papel adaptativo y tiene sentido. Todos los sentimientos tienen un papel adaptativo, aunque sean negativos, sirven para algo. La rabia también sirve para algo, sirve para darte cuenta que te han hecho una injusticia y que tienes que identificarlo. La tristeza sirve para que nosotros nos demos cuenta que eso nos importaba y por eso sigue existiendo. Entonces hoy en hoy en día ya les decía ayer que yo creo que el ser humano es más, es un ser profundamente emocional, más que racional, y lo que hacemos es primero notamos nuestras emociones y después las racionalizamos. No somos como decía Descartes, pienso, luego existo, sino siento, pienso, luego existo y a veces se de lo que les voy a hablar ahora es de un foco que es el sentimiento, que es la tristeza como sentimiento y que es la depresión como enfermedad. La tristeza bien lo saben porque todos seguro que han tenido momentos de tristeza. Surge siempre cuando se pierde algo o alguien que es significativo para nosotros. Algo que nos importa en ese momento y lo vivimos como un apagamiento, una pesadumbre, falta de agilidad. Y en seguida noto cuando mis pacientes vienen a consulta y están mejor porque simplemente el hecho de entrar en el despacho entran más ágiles cuando vienen muy deprimidos. Es que te cuesta, te pesa el cuerpo, te pesa, no te puedes levantar y el tiempo además es muy lento. Su vivencia del tiempo es muy lento, se aburren mucho y lo describen o se describe como sombras y oscuridad. Hay varias tipos de tristeza, no la nostalgia por algo que se tuvo y se fue y sentimos esa nostalgia. A veces nos acordamos de momentos de la infancia y te sientes un poco nostálgico. Eso no está mal. La desesperanza es la tristeza ante una pérdida futura. Cuando un paciente está muy deprimido, lo que pierda es la esperanza. No ve el futuro y por eso tiene esas ideas de profundo abatimiento. O pensar que la vida no tiene sentido y aparecen ideas como la de quitarte la propia vida o el arrepentimientos, la tristeza por lo que pudo haber sido. No quiero darles una clase de psicología médica ni de psiquiatría, pero sí que me gustaría que entiendan los sentimientos, porque las palabras son muy importantes. Hoy en día la gente ya no dice estoy triste, dice tengo depresión y no es lo mismo, pero estamos utilizando. A lo mejor hemos estamos confundiendo un sentimiento con una enfermedad. Yo creo que hay que tener estas cosas muy claras y entender un poco como son los sentimientos. Matt Zeller, que era un filósofo, decía que había cuatro tipos de sentimientos y yo creo que los tenemos que entender. Uno son los sensoriales, que es la percepción, las partes del cuerpo. Siento cuando uno tiene dolor, me duele una pierna, ese es un sentimiento. Los sentimientos más vitales es cómo me encuentro yo conmigo mismo y los sentimientos del ánimo. Es cómo me encuentro yo en función de lo que me está sucediendo y los espirituales que tiene todo ser humano. Es qué sentido tiene la vida, el sentido de trascendencia, y eso se afecta en varios momentos. El cómo me encuentro yo son los sentimientos vitales, no tengo ganas, no tengo fuerza para hacer nada. Y se afectan en enfermedades como la depresión, como la apatía y los sentimientos del ánimo, que es donde estaría la tristeza. Es cómo me encuentro yo en función de lo que me ha sucedido. Estoy triste porque algo me ha pasado, estoy alegre porque algo me ha pasado, estoy rabioso porque algo me ha pasado, esto y esto me agrada o me desagrada. Esto me hace sentirme orgulloso, no de cómo me valoro a mí mismo, como me valoran los demás o cómo valoro yo a los demás. ¿Confío en esta persona o no la confío? Tengo sentimientos de rabia, de odio o de amor hacia otra persona, y eso es, eso son importantes y además son importantes para que los entendamos. Hay veces que no entendemos como yo me encuentro conmigo misma y son sentimientos más vitales. No tengo ganas de hacer nada, no tengo ánimo y es distinto a yo. Estoy triste porque algo me ha sucedido y esto es un poco lo que les voy a explicar. Cuando uno tiene afectado un sentimiento, podría haber puesto aquí la alegría, pero como hoy vamos a hablar de la tristeza, pues se aparece siempre esa vivencia, no esa experiencia. Me encuentro triste. ¿Qué hace nuestro nuestra mente? ¿Por qué yo me encuentro triste? Pues me ha sucedido una desgracia como realmente está todo conectados a los picaba ayer, pues se afecta el cuerpo. No tengo sueño, no tengo hambre, no tengo ánimo para hacer las cosas. Se me nota en la cara. Nosotros podemos identificar si nuestros amigos están tristes o no, simplemente con la mirada y además hemos aprendido a identificarlo muy bien en la web, en la pandemia, con las mascarillas podíamos saber si la gente estaba triste o no, simplemente con mirarle a los ojos, con mirarle la cara. Incluso podíamos saber si sonreía o no, y no estábamos viendo la boca. Pero esto es porque cuando uno se ríe, cuando uno sonríe, la sonrisa, las sonrisas con los ojos, la sonrisa verdadera se llama la sonrisa de uso de Duchenne. La escribió este señor francés porque cuando uno sonríe de verdad, arruga los ojos. Cuando uno es una sonrisa falsa es simplemente la boca. Por eso nosotros podíamos saber en la pandemia si alguien se reía o no, cuando ahora hay muchas personas que deciden ponerse demasiado botox en la cara, no podemos identificar su sonrisa porque no, no, no, dobla a los ojos. Y también incluso podemos identificar si ha sido una persona alegre a lo largo de su vida o que ha sonreído con las arrugas que tiene uno. Al final es ciertamente un poquito responsable de cómo envejece su cara. Aquellas personas que han sonreído mucho tienen una cierta dulzura, tendrán más arrugas, pero tiene una cierta ruptura cuando llegan a una edad en la que ya tenemos arrugas. Aquellos que han sido muy rígidos, pues no tendrán arrugas, pero tendrán una cierta amargura en su cara. Y esto es un poco lo que nos pasa, nos estresa lo bueno y lo malo. E Esta es una escala que hicieron unos sociólogos hace ya un montón de años, casi 50 sociólogos y un sí y un psiquiatra. Holmes y Roy no se ha vuelto a hacer. Alguien lo debería hacer. A lo mejor ustedes que son ingenieros y ellos decidieron a ver qué nos expresaba el ser humano que nos angustiaba y le dieron puntos, pues la muerte del conyugue, el divorcio, el ir a la cárcel a muerto, un familiar, el jubilarte y le daban varios puntos, probablemente después de 50 años. Desde el punto de vista síquico, muchas veces es mucho más traumático un divorcio o una separación que que el fallecimiento, que quedarte viudo, porque realmente después ahí pues esa persona sigue estando ahí, luego siguen las peleas, luego están los hijos, o sea, al final hay cosas que a lo mejor podríamos cambiarlas, pero lo importante de ellos y eso es importante, es que ya pusieron que si alguien superaba 200 puntos, que pueden ser 150 o 300, da igual, en un periodo corto de tiempo, que eran seis meses, cualquier ser humano tendría capacidad de fracasar. Es decir, si tú pierdes el trabajo, pierdes un familiar y te diagnostican una enfermedad, todo en muy poquito tiempo, nadie tendría esa capacidad de superarlo. Si te pasa una cosa y al cabo de tres años te pasa otra y al cabo de cinco otra. Sí que tendríamos capacidad de ir superando esas cosas. Es decir, que todos tendríamos un límite de aquellas cosas que nos suceden y en el tiempo o el periodo de tiempo en el que nos sucede. Y yo creo que esto es importante y esto ha permitido que diagnosticamos una serie de trastornos que se llaman los trastornos adaptativos o trastornos de estrés. Quiere decir que a esa persona en ese momento le está costando adaptarse a esa situación que es real, es real que ha perdido el trabajo, es real que se ha quedado viudo y es real que a lo mejor le están diagnosticando una enfermedad, pero simplemente no puede aguantar todo eso. La depresión es una enfermedad compleja. Aquí está muy bien descrita por Shakespeare, que no era psiquiatra ni mucho menos, pero en El mercader de Venecia lo explica fenomenal. Se me cansa esta tristeza. ¿La verdad es que no sé porque estoy tan triste, pero cómo me ha dado, cómo me ha venido, en qué consiste? Lo ignoro. Y tan torpe me vuelve este desánimo que me cuesta conocerme. Y eso es exactamente lo que escriben los pacientes. Yo no era así. Yo no soy está. Estoy triste. Pero además hay algo más. Me cuesta. Estoy abatido, no puedo. No, no soy capaz de reconocer estos sentimientos. Aleteo en el siglo segundo también la describía muy bien, triste y abatido, sin sueño. Adelgazaba por su estado de agitación y pérdida del sueño reparador. En un estado más adelantado. Se quejan de cruce de vías y desean la muerte. Y esto es una depresión. No tenemos tanta, tantas descripciones de enfermedades mentales. Así, los síntomas las tenemos de la depresión y las tenemos de los trastornos del comportamiento alimentario, de las psicosis. No hay porque se consideraban que estabas endemoniado, entonces no son descripciones tan claras y hace hace siglos, pero como ven aquí es algo más, una tristeza ya es una pérdida por algo y la depresión además se afecta todo el cuerpo. ¿Qué es lo que nos sucede cuando nos deprimimos? ¿Por eso? Yo creo que el mensaje de hoy es entender que una cosa es estar triste y otra es deprimido. Además, entre todos podríamos podríamos volver a utilizar las palabras adecuadamente. Hoy en día ese diagnóstico se frivoliza mucho, Estoy depre o o tengo ansiedad con la ansiedad pasa un poco, eh. No es lo mismo tener ansiedad que tener un trastorno de ansiedad. Ansiedad es la respuesta al estrés y tenemos todos los tenemos ansiedad igual que todos tenemos una temperatura corporal, normalmente de 36, pero de vez en cuando se sube que ya tenemos fiebre, pues la ansiedad es igual de vez en cuando se sube y ya tenemos un trastorno de ansiedad que no es lo mismo que tener ansiedad, pero si utilizamos mal las palabras podremos estaremos utilizando diagnósticos para todo lo que nos sucede en la depresión, además de una tristeza por algo que nos ha pasado que a veces son incapaces de identificar. Se pierden esa vitalidad, ese sentimiento de energía que tenemos o de no energía. Cuando te levantas por la mañana, a lo mejor no tienes esa vitalidad y lo único que necesitas es tomarte un café para estimular tus suprarrenales, aumentar un poquito el cortisol y ponerte un poco. Tienen ese ánimo depresivo, como que lo vivencian como inmotivado. No sé porqué estoy así. Sé que tengo que estar triste porque algo me ha pasado, pero lo vivencian como no hay razón. O sea, hay gente que también ha perdido el trabajo y no es tan así. O hay gente que también se ha quedado viudo y no están así, lo pierden, no le ven una razón, están muy inhibidos, pierden el interés y pierden esto que es importantísimo la anhedonia. Eso es algo que es. Y además cuando estamos con alguien que padece una depresión, lo peor que le podemos decir es tienes que levantarte, tienes que salir a la calle. Lo que hay que hacer, bueno es que a nadie nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer. Ellos ya lo saben, saben que tienen que comer, saben que tienen que esforzarse un poco, saben que tienen que ir a dar un paseo. Lo saben, pero no pueden. Saben que es bueno ir a cenar con unos amigos en el cine. ¿Y por qué no lo hacen? Porque no tienen anhedonia. La medianía es la capacidad. El hedonismo es placer, La capacidad de experimentar placer. Les da igual, les da igual ir al cine que no ir al cine porque la película no les va a dar igual, no les va a parecer ni buena ni mala. No, no experimentan placer ni disgusto. Están planos y cuando uno no experimenta placer por las cosas que hace, pues deja de hacerlas. Te cuestan el doble porque hacer algo y no tener ningún beneficio, pues lo dejan de hacer. Y luego además tienen otras cosas problemas de atención, de concentración, de memoria, esa sensación de cansancio y un síntoma que también para mí es muy característico es la irritabilidad, esa sensación de tensión interna y cualquier cosa me hace saltar o me hace responder mal. Se afecta además al sueño. Ellos, los pacientes deprimidos, se encuentran peor por la mañana y mejoran por la tarde cuando se levantan por la mañana. Es esa sensación de otro día por vivir. Por la tarde ya no tienen ya realmente me queda poco de día. Lo único que tengo que hacer ya es esperar a la cena y meterme en la cama, pero por la mañana pues es un día largo que voy a hacer con ese día Aparecen esos sentimientos de culpa por encontrarse mal, La angustia hacia el futuro cuando aparece esto es una señal de alarma enorme, porque si uno pierde la esperanza, si no ves el futuro, pues realmente lo que quieres es dejar de de vivir. Tienen ese sentimiento de rabia contra ellos mismos por encontrarse así y porque no entienden la enfermedad, porque ya lo decía el mercader de Valencia, triste y abatido Yo no entiendo porque estoy así, la única manera es entender que eso es una enfermedad, que nadie está así porque quiera estarlo y que la tristeza es otra cosa. La tristeza. Pues si a mí me pasa algo voy a estar muy triste, voy a estar más preocupada, voy a llorar, no voy a dormir esa noche. Si yo estoy haciendo un duelo, pues a lo mejor son varios días o varias semanas, pero la depresión es otra cosa, es otra cosa que se acompaña de un montón de cosas más. Pero sobre todo el paciente lo vive como inmotivado. La tristeza de la depresión es aparentemente sin un motivo. Les han pasado cosas pero no encuentran. El paciente no encuentra por qué está así. Incluso muchas veces te dicen si es que ahora todo más o menos está bien. Bueno, pues esto me preocupa. Es es esa sensación de apagamiento afectivo, porque es una tristeza más bien vital y más fiel, más, más, como diríamos nosotros, más dentro del cuerpo y la tristeza cotidiana. Es más una respuesta a algo que nos ha sucedido y es incontrolable. Y además, en la depresión, pues siempre aparecen todos esos síntomas somáticos, esa falta de vitalidad, esa anestesia. Yo ayer les decía que un poco melancólico está bien, la tristeza es positiva y lo han estudiado en Estados Unidos durante mucho tiempo y hay muchos trabajos sobre esto. Aquellas personas que son capaces de ponerse más triste, de responder de manera más triste a aquello que les ha sucedido, que son con personalidades más melancólicas, que no están mal, son mejores juzgando con exactitud los rumores y los eventos pasados, son mejores realizando balances y evaluando lo que han hecho bien y son mejores tomando decisiones en situaciones complejas. ¿O sea que si alguien se dedica a recursos humanos, pues es bueno buscar un melancólico de vez en cuando en el equipo de trabajo, porque? Porque las personas con esa tendencia a la melancolía son más reflexivos, piensan más. Y cuando uno analiza más es mejor tomando decisiones en situaciones complejas. El que es demasiado alegre, demasiado optimista, va muy deprisa, no reflexiona tanto. Va a haber siempre la parte positiva y se va a quedar ahí. El melancólico lo va a analizar más. Entonces la tristeza, siguiendo a Darwin, tiene ese papel adaptativo y además incluso puede ser positiva en algunos sitios. Ayer alguien y con esto voy a terminar para para luego el debate. ¿Pero ayer alguien me preguntó qué podemos hacer para controlar la la tristeza para no estar triste? Primero identificarlo bien y ver si es proporcional o no, si yo de repente no sé Diego y me entero que uno de mis hijos ha tenido un accidente, voy a tener que estar súper triste mucho tiempo y luego muy angustiada. A lo mejor durante ese tiempo pues uno se dedica, se pone en modo adaptativo y va a resolver las cosas y al cabo de unos días, que es cuando uno ve lo que podía haber pasado, pues va a estar triste. Eso es normal, si no es que no te importa, Entonces hoy en día evitamos el sufrimiento. El sufrimiento no es malo, ya lo dije ayer, el innecesario es malo, pero el sufrimiento no es malo. Pasa que hay situaciones que que nos desbordan y no las podemos entender. Este es un. Yo. Suelo empezar las clases o el curso con esto para explicarles cuando les explicamos. La personalidad es una fábula de El lobo bueno y el lobo malo es un indio cherokee que está con su nieto y le dice Hijo mío, dentro de cada uno de nosotros hay una batalla entre dos lobos, uno es el malvado que sería los sentimientos negativos que tenemos todos la ira, la envidia, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras y otros, el benévolo, la dicha, la esperanza, la humildad, la bondad, la empatía. ¿Y el niño pregunta a voleo Quién gana? Alguno lo sabrá, pues gana como todo el que alimentas. Si yo alimento mi parte negativa va a dominar a la positiva. Si yo alimento mi parte positiva va a acabar dominando. A la negativa la vas a tener claro, pero la puedes trabajar. Y eso es un poco lo que hace el ser humano, tratar de identificar esas cosas. Pero si podemos, ya lo decía ayer, esculpir en nuestro propio cerebro la tristeza en general no es mala. El mensaje de hoy es que utilicemos bien las palabras. Piensa en la palabra ansiedad. Ansiedad La utilizamos en medicina para tres cosas para una respuesta, un sentimiento, algo. Estoy ansioso. Es un síntoma que aparece en un montón de enfermedades. Si uno tiene un problema tiroides va a tener síntomas de ansiedad. Si no, a lo mejor tiene dificultades respiratorias porque tiene una enfermedad pulmonar obstructiva. Por haber sido fumador, va a tener ansiedad, va a tener esa dificultad y luego es un trastorno en sí mismo. Si estamos utilizando una palabra para un síntoma, un sentimiento y un trastorno, nos confundimos a nosotros mismos y estamos a lo mejor diagnosticando enfermedades mentales cuando realmente son síntomas de otras cosas o son respuestas al estrés. Si yo ahora vengo de la facultad de medicina, subo esa cuesta porque llegaba un poco tarde y no puedo decir me falta el aire porque voy corriendo o a ver si me está dando un ataque de ansiedad. Entonces yo creo que hoy en día es frivolizar muchas veces con las palabras, a veces incluso nos confunde a nosotros mismos. Yo evidentemente era porque sube la cuesta y me digo pues vas a tener que ir haciendo un poquito más de ejercicio, pero si no, a lo mejor digo es que estoy con muchísimo estrés. No era simplemente la cuesta. Eso nos pasa a todos en la tristeza y la depresión de verdad. ¿El mensaje es que no se confundan, cuando alguien ha tenido una depresión lo ha pasado mal, no? Yo creo que es la enfermedad más terrible porque incapaz de de repente de no disfrutar de tu familia, de tu trabajo, de lo que te gustaba comer y que no te sepa a nada o que nada tenga ese sentido que ha tenido siempre es muy duro. Entonces hoy cuando dicen las personas tengo una depre, no estoy triste o estoy preocupado, o estoy angustiado o o estoy. Pero la importancia de las palabras es muy es es fundamental porque al final sino primero medicalizado el sufrimiento y nos ponemos en una situación de debilidad y nos convertimos quizá un poco en víctimas de aquello que nos ha sucedido y no es así realmente. A veces la vida no es fácil y no es justa, pero lo que es importante es entender bien. La tristeza es siempre porque algo nos ha sucedido y es una respuesta a aquello que nos ha sucedido. Igual que la alegría y la depresión es más una enfermedad que se afecta no sólo el ánimo en la respuesta a lo que nos ha sucedido, el sentido que le damos al mundo, sino también cómo, como está el cuerpo. Nosotros podemos saber si alguien está alegre con mirarle, incluso con cómo se viste. Cuando uno está triste va al armario y se pone lo primero que pilla colores oscuros cuando no está alegre, pues si se viste de colores más, más llamativos y es al final un poco lo que lo que yo les quería decir y que potencien su lado bueno. Bueno, pues abrimos el turno de preguntas. Si tienen la mano. ¿Bueno, si has dicho lo peor que le puedes decir a alguien que está deprimido y qué sería lo mejor que le puedes decir? ¿No lo más sutil o lo menos ofensivo? ¿Vaya, muy buena pregunta, eh? ¿Yo creo que las cosas hay que saberlas decir, no? Y es decirle entiendo que estás deprimido, entiendo que esto no, no le ves el beneficio, pero vamos a intentar hacerlo. ¿Es decir, en vez de tienes que dar un paseo, porque muchas veces lo decimos como como una orden no? Pero te acompaño a dar un paseo que te vas sentir bien. Hay veces es como cuando uno va al fisio, te va a doler el brazo, pero pero tiene un beneficio. Es explicarle que entiendes que no está, que no le va a aparecer, que no va a experimentar placer, que le va a dar igual ir a ver a sus nietos, pero que sí, que le va a sentir, que le va a hacer bien el moverse, el desplazarse, el ver otras cosas, el no estar pensando en uno mismo que se tiene que esforzar un poco, pero entiendes el sacrificio que tiene que hacer para. ¿Esforzarse porque había una pelota por ahí al fondo había una pregunta, puede ser no? Bueno, pues yo sí tenía una pregunta. ¿Bueno, cómo se trata? ¿La depresión? Tiene dos enfoques complementarios, no digamos tratamiento farmacológico y psicoterapia. Bueno, lo que todos sabemos, la situación en la que se encuentran ahora mismo los profesionales. Entonces no voy a pedirte soluciones. Pero. ¿Pero un poco ante la situación, qué podemos hacer en los distintos colectivos? Estamos en la universidad, Hoy es el día de la salud mental y bueno, retomemos este espacio en el que estamos. Pues la depresión. Por eso yo quería hablarles de esto. La la tristeza la tenemos todos y la depresión es una enfermedad que afecta, pues en teoría a lo largo de la vida, pues un 15, un 20% de la población va a tener trastornos depresivos, pero la depresión, como todas las enfermedades, hay leves, moderadas y graves y en cada una vamos a necesitar un tratamiento. Hay depresiones que son bastante leves y a lo mejor con parte de cuidado personal y tratar de que duerman bien. También caminar un poco, pues van a resolver un poco. Hay otras que necesitan terapia. La terapia normalmente en el trastorno depresivo es reestructurar esos pensamientos, por eso es más cognitiva que vuelvan a pensar en positivo, que vean las otras cosas, que cada vez que le venga un pensamiento negativo sean capaces de identificar o de reflexionar en algo positivo. Y hay veces que realmente lo que se altera en la depresión es la liberación de algunos neurotransmisores. Al principio pensábamos que era sólo la serotonina, ahora ya sabemos que además de la serotonina es la dopamina, es la noradrenalina varios. Y ahí pues tenemos que regular esos neurotransmisores y a veces no es suficiente con una dieta rica en triptófano, sino que necesitamos fármacos que nos ayuden a regular eso. Entonces, como todas las enfermedades, si el paciente viene pronto, se va a recuperar antes. Si el paciente viene muy tarde, va a tardar más tiempo en recuperarse. Entonces los tratamientos son largos. A lo mejor fármacos, lógicamente son largos no porque estén mal, sino como la tensión arterial. Si uno deja de tomarlos rápidamente, pos eso se vuelve a compensar. Y luego la parte de terapia es importantísima, porque al final de todas estas enfermedades, como de cualquiera, o se sale fortalecido, se sale devastado. Si uno trabaja bien, saldrá fortalecido, y si no lo trabaja bien, pues pues la enfermedad podrá contigo entonces C Yo creo que hay que tomárselo en serio y tratarlo bien. Es verdad que ahora estamos en un momento en el que no hay mucha, faltan profesionales de medicina y entre las especialidades que me faltan son psiquiatras, psicólogos tampoco hay muchos, pero. Pero bueno, hacemos lo que podemos también si nos vamos cuidando un poco y si vamos reconociendo y pedimos ayuda, pronto solucionaremos este problema. Hola, muchas gracias por la charla, ha sido maravillosa y a mí me quedan dos dudas. Una, cuando tenemos una casa para estar tristes. En qué momento has dicho Bueno, has dicho que en semanas, meses. A lo mejor. En qué momento Eso se puede convertir en algo patológico. ¿O puede convertirse en depresión o no? ¿Hay veces que no está muy claro, no? Antes, Por ejemplo, para el duelo tenían que pasar seis meses. Si has perdido un familiar, pues seis meses es muchísimo tiempo. Entonces es cuando aparecen esos síntomas. Ya como de de alerta en los que a lo mejor ya necesitas poner algo. Quiero decir, si hay un accidente oímos en el telediario y enseguida fueron los psicólogos ahí todavía no necesitas, necesitas alguien que te acompañe en ese momento, que puede ser un psicólogo, alguien que sepa hablarte porque todavía no has sido ni capaz de identificar eso. O sea, no se puede convertir en patológico porque es normal. Estás en estado de shock por eso que ha pasado, pero cuando ya pasa más tiempo y te impide hacer, te impide disfrutar de las cosas cuando aparecen. La anhedonia es cuando ya empezamos a pensar que es patológico. Una cosa es estar triste y además hay que entender que los que cuando tienes sentimientos alterados por algo que te ha sucedido ese mismo día, a lo mejor te han pasado cosas buenas y tú eres capaz de verlo el día que fallece alguien que tú quieres. Ese día estás muy triste, pero también te pasan cosas buenas, tus amigos te acompañan, te hablan de esa persona, de tu padre fenomenal, Entonces ahí es normal esa tristeza. Cuando uno está haciendo el duelo es capaz de lo mejor, aunque esté muy triste, pues del trabajo sacar algo positivo, de ir a dar un paseo ahí no es patológico, pero cuando ya te domina, cuando ya te impide hacer tu vida normal, cuando ya se prolonga en el tiempo, la intensidad es muchas. Cuando ya vemos que es patológico y es un duelo patológico, un trastorno adaptativo o la depresión sería otra cosa. Y va, es distinto. Cuando nos queda un minuto, nos queda un minuto. No sé si hay alguna pregunta, si no más. Hola buenos días, yo quería preguntarte como planteabas que que yo creo que estoy muy de acuerdo contigo en la dificultad que hay para comunicar y sobre todo utilizar un lenguaje más sano a nivel social de todo el tema de la salud mental, cuanto quizá de aumento de la tristeza general que estamos viendo, tiene que ver con esa dificultad de comunicarnos directamente con con nuestro alrededor, con nuestros vínculos, con nuestras relaciones cercanas. Tiene mucho que ver. Yo creo que tiene mucho que ver. Yo creo que aquí pasan dos cosas. Ahora se supone que todos tenemos que estar triste, tener depresión o ansiedad porque hemos vivido una pandemia y parece como que sí, que esto que voy a tener yo es una enfermedad y dos, porque realmente no nos comunicamos con las personas de manera normal y es todo con mensajes a través de las redes sociales, la falta de comunicación importante cuando alguien fallece normalmente lo que decíamos en castellano es no va al tanatorio, es te acompaño en el sentimiento. Ahora ya no decimos eso, pero pero era una frase y es un poco lo que nos falta hoy en día. Esa comunicación, ese ese necesidad de ser consolado. Y entonces al final necesitamos que alguien nos acompañe en el sentimiento, un amigo o lo que sea. Y esta falta y yo creo que es algo que estamos que está en la sociedad demasiado. La verdad. Una pregunta más, me dicen pues voy a hacerlo yo. Bueno, vivimos. Yo no sé muy bien cómo categorizar, lo utilizamos en términos de ansiedad, que es algo que está afectando a chicos chicas cada vez más jóvenes, que acaban llegando muchos de ellos a la universidad y que se pueden sentir. Y yo aquí pues traigo un poco la experiencia en mi centro. No sienten desesperanza hacia lo que les espera al. Mismo tiempo que una gran presión por porque no se ven capaces de abordar un problema. Entonces pues es tiene componentes de miedo al futuro, al mismo tiempo de falta de trascendencia. ¿No? No sé si es difícil dar un mensaje positivo. Yo creo que sí, que todos podemos aportar, pero. Pero a veces no, pues esto nos está llegando también a las escuelas. Está llegando y es verdad, y la gran mayoría de las enfermedades mentales por porque son enfermedades de la conectividad cerebral, aparecen entre los 15 y los 30 años, porque es cuando se va desarrollando y claro, nosotros estamos con personas de es de esas edades. Si alguien no se ha deprimido antes de los 30, a los 50, a los 60 va a tener algún trastorno adaptativo, pero, pero la gran mayoría de las más complicadas, el trastorno bipolar o las trastornos de esquizofrenia, todas esas aparecen un antes. Esa es una cosa y hay que tener en cuenta, pero también lo podemos detectar antes. Por otro lado, lo que sí que estamos viendo es que ellos tienen ahora mucho más estrés, mucho más esa sensación de competencia y esa incertidumbre hacia el futuro que les hace manejarse mal. Pero también yo creo, no sé como decirlo, pero, pero hay una parte que es un mensaje que nos quedamos un poco también mal y ellos también desde muy jóvenes lo tienen interiorizado porque te dicen es que yo tengo baja autoestima o yo gestiono mal mis emociones. Yo pienso la estima no es ni alta, ni baja, ni gorda, ni flaca. Es cómo te valoras tu a ti mismo. Si tú ya has identificado que te valoras mal, pues trabaja para conocer tus capacidades y limitaciones. Si tú gestionas mal tus frustraciones, pues trabaja para gestionarlas, entonces es un poco el ir adaptando las capacidades, que es lo que les pasa que yo creo que nos pasa a todos. Mi padre lo llamaba cuando inició el siglo 20 la cultura del Telepizza, porque en esa época sólo había Telepizza. Quiero comer y me la traen. Entonces hoy en día vivimos en una sociedad que quiero algo y me lo traigo. Quiero aprobar el examen y tiene que ser rápido ya todo. Quiero un trabajo, quiero y eso hace muy difícil gestionar tus expectativas. Entonces yo creo que explicarles a los alumnos que todo lleva tiempo, que suspender un examen, que hay que que todo lleva un proceso de maduración, que lleva un proceso de tiempo, que que al final la vida es ir consiguiendo pequeños pasos, tener unas metas, pero ir viviendo cada paso pues les ayudará, porque si además y este era el mensaje, si ya se victimizan con un diagnóstico con que tengo un problema de gestión de impulsos, porque tengo un problema de ansiedad con que tengo un problema de presión, pues ya te quedas así y ya no, ya no mejoras. Bueno, pues muchísimas gracias Inés, una vez más por estar con nosotros y terminamos esta primera primera sesión y damos paso.