Me llamo Rodrigo Luengo, y acabo de graduarme aquí en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, y ahora estoy estudiando el Máster Habilitante en Telecomunicaciones. La verdad es que decidí inscribirme en el registro Donantes de Médula un poco de sopetón, porque yo estaba aquí en la biblioteca estudiando tranquilamente. Y me acuerdo que vinieron los voluntarios de la Politécnica buscando más donantes. Y me acuerdo que estaba yo fuera y me contaron un poco la idea de qué se trataba más o menos la donación de médula y me parecíó muy interesante. Así que en ese momento me hice donante de médula y a esperar a que me llamasen para poder salvar una vida. Pues la verdad que de primeras me asusté un poco, Dije uff, a ver si todo sale bien. Si no son intervenciones muy complicadas ni cosas de esas. Y nada. Lo primero que hice fue ir al centro de Transfusión a hacerme un análisis de sangre para ver que todo estuviese bien, que podía recibir yo la intervención y todo eso tranquilamente y vieron que estaba todo fenomenal. Y luego ya cuando fue avanzando el proceso y al final ya cuando llega la intervención final, me di cuenta que era facilísimo y me relajé y acabé muy contento. Pero la verdad que como he comentado antes, me vino un poco de sopetón, porque además tardaron un mes en llamarme y ver si estaba preparado. Pero sí, sí, muy contento y muy feliz, la verdad. Cuando recibí la llamada para donar médula de que me habían elegido como donante posible, pues estaba aquí en la biblioteca y salí. Hablé con la enfermera y cuadramos fechas tanto para el análisis, para unas pruebas que tenía que hacerme y la intervención y todo eso. Y la verdad que es muy fácil, todo facilidades. Me pagaban la gasolina, si tenía que ir en ayunas y luego desayunar, me pagaban el desayuno... Fue todo muy muy fácil, muy sencillo. El día de la intervención llegué, me senté, me tumbaron en una cama tranquilamente, me pusieron las vías porque doné por sangre periférica, que es como donar sangre, pero en un circuito cerrado. Y nada, estuve ahí unas horas y cuando estaba todo listo me dieron un bocata y una bebida y para casa. La verdad que facilísimo, sencillo y todo muy muy seguro, De primeras me costó asimilarlo un poco. Porque dices, a una persona en cualquier parte del mundo que ni conozco se ha salvado gracias a mí, o al menos ha tenido la posibilidad de salvarse gracias a mí, pues es algo que da qué pensar, es como un granito de arena. Un par de horas en la vida de alguien, pues puede resultar en una vida entera para otra persona. Entonces ese tipo de cosas pues las acabas interiorizando y demás y la verdad que me sentí muy feliz, sobre todo por la oportunidad de haber tenido esta capacidad de salvar a alguien y con la facilidad que fue y demás. Ha sido impresionante la verdad. Encima la labor que hacen ellos de transfusión, en toda la organización de los donantes y demás es impresionante. Entonces pues muy contento. Lo primero y más importante es que desde que doné médula, pues yo pertenezco al al cuerpo de voluntarios que van captando donantes de médula por todas las escuelas de la Politécnica. Somos el equipo médula como está aquí, y nada, pues vamos por todas las escuelas contando un poco cómo es esta experiencia. Entonces, ya que la he vivido en mis carnes, que he sido capaz de donar como os he comentado, pues yo os animo a la facilidad y la seguridad y todo, que además me veis que yo tengo 22 años y una persona joven, no me ha pasado nada. El día siguiente de donar me fui a hacer deporte y simplemente es indoloro. Entonces yo os animaría a todos los que podéis ver esto a haceros donantes también, porque como os digo, entréis en un banco, puede que nunca os llamen, pero al menos que esté en la posibilidad de que podáis salvar una vida a alguien que puede ser una persona de 60 años o un bebé de siete meses, por la facilidad y la simplicidad de las intervenciones que os pueden causar. Entonces, pues eso, animar a todo el mundo que pueda, que hasta los 40 te puedes hacer donante y eso. Así que ánimo para todos.